BIENVENID@S A "YO EXPRESO"

BIENVENID@S.
Tengo una de las profesionales más hermosas del mundo: PSICOLOGÍA, y me tomé el atrevimiento de escribir este blog, el cual se denomina "YO EXPRESO", para generar un espacio de compartir temas cotidianos, nuevos o que simplemente necesitamos más información.
Este blog comtempla artículos de opinión y revisión bibliográfica que abordan temas clínicos, educativos y organizacionales.

Creo firmemente en la Psicología como la ciencia que nos ayuda no sólo a llevar vidas con menos malestar, sino también como la herramienta que nos permite vivir con mayor optimismo, gratitud, crecimiento personal y en definitiva, con mayor bienestar.

Adelante! Espero sus comentarios, porque no hay mejor que EXPRESARSE para saber de ti.

martes, 21 de marzo de 2017

ENVIDIA TÓXICA

El experimentar emociones ilustra la importancia de poder expresarlas y vincularlas con la vida social. Existen varias emociones que percibimos a lo largo de nuestra vida y es la base para relacionarnos con los demás, quien no ha experimentado ira, miedo, tristeza, alegría, entre otras emociones.

Antes de hablar del título del artículo, preciso aclarar la diferencia entre emociones (1) y sentimientos (2).
Las emociones (1), son expresiones psicofisiológicas, biológicas y de estados mentales ante diversos estímulos externos o internos (recuerdos, etc.), preceden al sentimiento (2) y dependen de las sensaciones y de las percepciones (ira, miedo, tristeza, alegría, culpa, vergüenza, etc), si vemos por ejemplo una víbora en nuestro camino, automáticamente sentimos miedo, por lo tanto, las emociones duran poco, pero son intensas. Los sentimientos (2), son la elaboración cognitiva (profundamente ligado a las ideas) que surgen como resultado de una emoción (1), que permitirá al sujeto ser consciente (racional) y reaccionar del hecho, además que tienen más duración, por ejemplo un ser querido me hace un regalo (estímulo), a continuación surge una valoración de este estímulo que puede ser desde agradable hasta desagradable, (en este ejemplo es agradable); nuestro organismo sufre una alteración (mariposas en el estómago por ejemplo) y somos conscientes de ello, etiquetamos lo estamos sintiendo, en este caso tendríamos un sentimiento de sorpresa, placer , satisfacción, etc.

Si es normal experimentarlos, hasta qué punto podemos considerar a las emociones y sentimientos como algo tóxico, dicho sea de paso, es el título de este artículo:
Según Bernando Stamateas, una persona con emociones tóxicas:

  • ·         Buscará ser amado(a) a cualquier precio.
  • ·        Buscará la aceptación y el reconocimiento de los demás a través de los bienes que posee.
  • ·         Buscará el valor en el exterior.
  • ·         Da excesivo valor a las opiniones de los demás.

Y si nos referimos a la envidia tóxica… ¿nos referimos a una emoción o sentimiento? Nos referimos a un sentimiento, el cual conocemos muy bien en el otro, pero es inaceptable en nosotros, según Muñoz (2011) nacemos con la envidia, nos relacionamos con la envidia y morimos con la envidia. Está caracterizada por una intensa animadversión hacia quien posee el objeto del deseo. 

¿Pero qué busca exactamente la envidia tóxica?
La envidia tóxica busca desaparecer las desigualdades, es un deseo de sustraer/quitar lo que el otro tiene y … “deseo de poder eliminar la ventaja comparativa percibida (Taylor, 1988)” (Reidl y otros, 2002, p. 30). Por lo general es más sencillo tener envidia a personas próximas a ti como un familiar, un compañero de trabajo que tener envidia por ejemplo a un cantante famoso o un empresario reconocido de éxito.
Posterior a ello, se produce la parte cognitiva, que es de establecer un juicio, una confrontación negativa hacia sí misma y hacia la otra persona, con expresiones “yo no tengo lo de este”, aparece una desaprobación de mí misma, de acto pusilánime “nunca lo voy a conseguir”.

Entonces ¿cómo es un envidioso(a) tóxico?

·         Es una persona con sentimientos de inferioridad, que alimenta complejos y conflicto, en los cuales están implicados la autoestima y autoconcepto, una defensa contra la percepción de la propia inferioridad: se odia a otro para no sentir odio contra uno mismo. Aquí viene la comparación social, que proviene de la forma en que una persona se compara con otra, porque los demás sirven como criterio a la hora de valorar sus propias capacidades, piensa que lo importante es lo que el otro tiene, no puede conformarse con su propia valía… “yo soy pequeñita, yo no tengo nada y ataco de envidia”. El individuo se percata de su situación de desventaja, al percibir al otro como superior en alguna área de importancia o relevante para el envidioso.

·         La envidia acompaña de emociones como ira e infelicidad, al tiempo que favorece reacciones de hostilidad y otros sesgos cognitivos que desvirtúan la realidad.

·         Intenta disminuir la inferioridad desvalorizando al sujeto envidiado, con calumnias, hostilidad o comentarios directamente a través del sarcasmo, realizando una evaluación negativa de lo que el otro posee y el sujeto desea superar la desigualdad con el objeto, lo que se puede lograr rebajando al sujeto.

·         Si es que la persona entiende haber recibido un trato injusto de una relación asimétrica (percepción de justicia y resentimiento), las reacciones emocionales y cognitivas más probables serán de ira y hostilidad. Si además es precisamente la persona envidiada la responsable de la desventura, lo más probable es que dicho resentimiento se dirija a ella mediante emociones más destructivas e intensas como el odio.


Cabe recalcar, que la envidia surgirá de acuerdo a la relevancia de los aspectos que se están comparando, es decir, de las cuestiones que en realidad son importantes a la hora de establecer el propio auto concepto, ocurrirán dependiendo de cómo se interprete la situación y sobre qué aspectos de la misma se enfatice.

¿Existe la envidia sana?

Muchos autores hablan de la “envidia sana” pero dentro de una clasificación de los tipos de envidia, pues ésta surge según la psicóloga Pilar Muñoz como una forma de guardar admiración, ésta que te construye, te llena de plenitud, te potencia, mecanismos de activación para la consecución de metas, como “modelo” para realizar lo que anhelas. Considero que se puede dar este tipo de envidia siempre y cuando el individuo esté despojado de subjetivismo y apele con seguridad a su valía y estima para enfocar y diferenciar en la persona admirada aspectos positivos, cualidades que contribuyan a su crecimiento personal.


Para terminar, cuando la envidia se centra en los celos, con el odio, con el sarcasmo mordaz, cuando no puede relacionarse con los demás, cuando el encuentro con el otro es malo, porque en el fondo solo se encuentra a sí mismo...¡la envidia puede tratarse!

Pasos para tratar la envidia tóxica:

  • Es reconocer las emociones, siendo objetivos y dando los pasos en la realidad.
  • Enfócate en lo que tú tienes y no tienes. ¿Qué puedes hacer como esa persona?, reconocer tus habilidades y lo que has logrado.
  • Supérate a ti mismo. Si lograste tres, ahora quieres cuatro y así sucesivamente.
  • Aprende de los que ya han logrado lo que tú deseas. Reconoce y felicita a quienes ya han llegado a la meta, porque, si ellos lo han conseguido, significa que tú también puedes hacerlo.

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Referencias bibliográficas:
Sarrió, C. (2016). Diferencias entre pensamiento, sentimiento, emoción y sensación desde la terapia Gestalt. Recuperado de  https://www.psyciencia.com/2016/28/diferencias-entre-pensamiento-sentimiento-emocion-y-sensacion/
Muñoz, P. (2011). Preguntas a la psicología - La envidia [archivo de video]. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=oupz6MRmCCw
Paniagua, C. (2002). Psicología de la envidia. Revista de Humanidades Médicas, 1:35-42
Reidl, M., Guillén, R. , Sierra, G. y Joya, L. (2002). Importancia del estudio de las emociones. En  Celos y envidia: Medición Alternativa (pp. 24 - 29). México: Universidad Nacional Autónoma de México.
Rojas, L. (4 de diciembre del 2016). La envidia [archivo de video]. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=MYSeaxByKus
Stamateas, B. (2012). La envidia tóxica. En emociones tóxicas (pp. 74-82). Barcelona: Ediciones BSA. Recuperado de http://librosysolucionarios.net/bernardo-stamateas-emociones-toxicas-pdf-gratis/