El experimentar emociones ilustra
la importancia de poder expresarlas y vincularlas con la vida social. Existen
varias emociones que percibimos a lo largo de nuestra vida y es la base para
relacionarnos con los demás, quien no ha experimentado ira, miedo, tristeza,
alegría, entre otras emociones.
Antes de hablar del título del
artículo, preciso aclarar la diferencia entre emociones (1) y sentimientos (2).
Las emociones (1), son
expresiones psicofisiológicas, biológicas y de estados mentales ante diversos
estímulos externos o internos (recuerdos, etc.), preceden al sentimiento (2) y
dependen de las sensaciones y de las percepciones (ira, miedo, tristeza,
alegría, culpa, vergüenza, etc), si vemos por ejemplo una víbora en nuestro
camino, automáticamente sentimos miedo, por lo tanto, las emociones duran
poco, pero son intensas. Los sentimientos (2), son la elaboración
cognitiva (profundamente ligado a las ideas) que surgen como resultado de una
emoción (1), que permitirá al sujeto ser consciente (racional) y reaccionar del
hecho, además que tienen más duración, por ejemplo un ser querido me hace un regalo (estímulo), a
continuación surge una valoración de
este estímulo que puede ser desde agradable hasta desagradable, (en
este ejemplo es agradable); nuestro organismo sufre una alteración (mariposas
en el estómago por ejemplo) y somos conscientes de ello, etiquetamos lo estamos sintiendo, en este caso tendríamos un
sentimiento de sorpresa, placer , satisfacción, etc.
Si es normal experimentarlos, hasta
qué punto podemos considerar a las emociones y sentimientos como algo tóxico,
dicho sea de paso, es el título de este artículo:
Según Bernando Stamateas, una
persona con emociones tóxicas:
- · Buscará ser amado(a) a cualquier precio.
- · Buscará la aceptación y el reconocimiento de los demás a través de los bienes que posee.
- · Buscará el valor en el exterior.
- · Da excesivo valor a las opiniones de los demás.
Y si nos referimos a la envidia
tóxica… ¿nos referimos a una emoción o
sentimiento? Nos referimos a un sentimiento, el cual conocemos muy bien en
el otro, pero es inaceptable en nosotros, según Muñoz (2011) nacemos con la
envidia, nos relacionamos con la envidia y morimos con la envidia. Está
caracterizada por una intensa animadversión hacia quien posee el objeto del
deseo.
¿Pero qué busca exactamente la envidia tóxica?
La envidia tóxica busca
desaparecer las desigualdades, es un deseo de sustraer/quitar lo que el otro
tiene y … “deseo de poder eliminar la ventaja comparativa percibida (Taylor,
1988)” (Reidl y otros, 2002, p. 30). Por lo general es más sencillo tener
envidia a personas próximas a ti como un familiar, un compañero de trabajo que
tener envidia por ejemplo a un cantante famoso o un empresario reconocido de
éxito.
Posterior a ello, se produce la
parte cognitiva, que es de establecer un juicio, una confrontación negativa hacia
sí misma y hacia la otra persona, con expresiones “yo no tengo lo de este”, aparece una desaprobación de mí misma, de acto
pusilánime “nunca lo voy a conseguir”.
Entonces ¿cómo es un envidioso(a) tóxico?
·
Es una persona con sentimientos de inferioridad, que
alimenta complejos y conflicto, en los cuales están implicados la autoestima y
autoconcepto, una defensa contra la percepción de la propia inferioridad: se
odia a otro para no sentir odio contra uno mismo. Aquí viene la comparación social, que proviene de la
forma en que una persona se compara con otra, porque los demás sirven como
criterio a la hora de valorar sus propias capacidades, piensa que lo importante
es lo que el otro tiene, no puede conformarse con su propia valía… “yo soy
pequeñita, yo no tengo nada y ataco de envidia”. El individuo se percata de su
situación de desventaja, al percibir al otro como superior en alguna área de
importancia o relevante para el envidioso.
·
La envidia acompaña de emociones como ira e
infelicidad, al tiempo que favorece reacciones de hostilidad y otros
sesgos cognitivos que desvirtúan la realidad.
·
Intenta disminuir la inferioridad desvalorizando al
sujeto envidiado, con calumnias, hostilidad o comentarios directamente
a través del sarcasmo, realizando una evaluación negativa de lo que el otro
posee y el sujeto desea superar la desigualdad con el objeto, lo que se puede
lograr rebajando al sujeto.
·
Si es que la persona entiende haber recibido un
trato injusto de una relación asimétrica (percepción de justicia y resentimiento),
las reacciones emocionales y cognitivas más probables serán de ira y
hostilidad. Si además es precisamente la persona envidiada la responsable de la
desventura, lo más probable es que dicho resentimiento se dirija a ella
mediante emociones más destructivas e intensas como el odio.
Cabe
recalcar, que la envidia surgirá de acuerdo a la relevancia de los aspectos que
se están comparando, es decir, de las cuestiones
que en realidad son importantes a la hora de establecer el propio auto concepto,
ocurrirán dependiendo de cómo se interprete
la situación y sobre qué aspectos de
la misma se enfatice.
¿Existe la envidia sana?
Muchos
autores hablan de la “envidia sana” pero dentro de una clasificación de los
tipos de envidia, pues ésta surge según la psicóloga Pilar Muñoz como una forma
de guardar admiración, ésta que te construye, te llena de plenitud, te potencia,
mecanismos de activación para la consecución de metas, como “modelo” para
realizar lo que anhelas. Considero que se puede dar este tipo de envidia
siempre y cuando el individuo esté despojado de subjetivismo y apele con
seguridad a su valía y estima para enfocar y diferenciar en la persona admirada
aspectos positivos, cualidades que contribuyan a su crecimiento personal.
Para terminar, cuando la envidia
se centra en los celos, con el odio, con el sarcasmo mordaz, cuando no puede
relacionarse con los demás, cuando el encuentro con el otro es malo, porque en
el fondo solo se encuentra a sí mismo...¡la envidia puede tratarse!
Pasos para tratar la envidia tóxica:
- Es reconocer las emociones, siendo objetivos y dando los pasos en la realidad.
- Enfócate en lo que tú tienes y no tienes. ¿Qué puedes hacer como esa persona?, reconocer tus habilidades y lo que has logrado.
- Supérate a ti mismo. Si lograste tres, ahora quieres cuatro y así sucesivamente.
- Aprende de los que ya han logrado lo que tú deseas. Reconoce y felicita a quienes ya han llegado a la meta, porque, si ellos lo han conseguido, significa que tú también puedes hacerlo.
1
Referencias
bibliográficas:
Sarrió, C. (2016). Diferencias entre pensamiento, sentimiento,
emoción y sensación desde la terapia Gestalt. Recuperado de https://www.psyciencia.com/2016/28/diferencias-entre-pensamiento-sentimiento-emocion-y-sensacion/
Muñoz, P. (2011). Preguntas a la
psicología - La envidia [archivo de video]. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=oupz6MRmCCw
Paniagua, C. (2002). Psicología
de la envidia. Revista de Humanidades
Médicas, 1:35-42
Reidl, M., Guillén, R. , Sierra,
G. y Joya, L. (2002). Importancia del estudio de las emociones. En Celos y
envidia: Medición Alternativa (pp. 24 - 29). México: Universidad Nacional
Autónoma de México.
Rojas, L. (4 de diciembre del
2016). La envidia [archivo de video]. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=MYSeaxByKus
Stamateas, B. (2012). La envidia
tóxica. En emociones tóxicas (pp.
74-82). Barcelona: Ediciones BSA. Recuperado de http://librosysolucionarios.net/bernardo-stamateas-emociones-toxicas-pdf-gratis/