Definir al amor
resulta una tarea de nunca acabar, no porque el amor sea complejo, sino porque
nos encontramos ante una palabra tan profunda y sublime, que abarca muchos
espacios de la vida (amor a mi profesión, amor a mi patria, amor a la vida, etc
) como también toca el alma de muchas personas (amor de padres, amor de pareja,
amor de hijos, etc). Debido a su vasto contenido para definirla nos abocaremos
en esta oportunidad al amor de pareja.
El amor en
tiempos de selfies, título de este artículo, definición de “selfie” como
neologismo del inglés, empleado para referirse a una autofoto o autorretrato
hecho por uno mismo, responde a una percepción de la realidad que el ser humano
en su afán de autoafirmarse se muestra compulsivamente ególatra, narcisista de
su imagen, intereses, deseos, centrado en sí mismo, significados que el Dr.
Leopoldo Chiappo, lo define como desamor, a aquella forma en que se pierda la
intensidad de la vida y da lugar al
enclavamiento psíquico demostrado en angustia, posesividad, destrucción
y realizar acciones forzosas, no bajo la
intencionalidad ni la voluntad sino bajo el poder posesivo e imperativo.
¿Acaso el amor
responde a una condición? El sexólogo Marco Aurelio Denegri en uno de sus
magníficos soliloquios, manifiesta que el que tiene capacidad de amar, se ajusta al amor incondicionado, entendiéndose
al amor como un devenir. No puedes manifestar a tu pareja, si haces esto o
aquello entonces me amas, o tener que entregar algo a cambio para demostrar que
ama, tal se convierte en un amor
interesado o instrumental, en palabras de Chiappo (2002) define al amor instrumental, como una falsificación
del amor por medio de actos que solo tengan satisfacción personal, subjetiva y
de aprovechamiento, que subyacen caretas para encubrir el propósito interesado
y manipulador. “La persona renuncia a su
integridad, se convierte en un instrumento de alguien o algo exterior a él”
(Fromm, 1996). Entendamos que el amor es un arte como diría Erich Fromm, porque
es una construcción del día a día, imagine usted pretende que su jardín florezca,
pero si no abonamos la tierra, no regamos, no cultivamos la maleza, jamás crecerá
y peor aún embellecerá. Algunos podrían decir, la rutina mató el amor, considero
es otra falacia, es muy cómodo para el ser humano no asumir un compromiso y una
manera de no asumir responsabilidad, a veces nos resulta más fácil encontrar
justificaciones para evitar cobardemente el deber, porque tenemos miedo o
simplemente no sabemos amar. En palabras de Ortega y Gasset, el amor es un
eterno insatisfecho, ya que el amor es actividad, no asume un carácter pasivo,
sino yo voy hacia el objeto (persona) para que sucedan las cosas, pero no como
un deseo sino con el fin de amarlo, ya que el deseo elimina el fin sentimental,
convirtiéndolo en posesión… usted puede desear tener un auto, pero no está
amando tener un auto. Podemos desear muchas cosas, pero no amarlas.
Según el
psicólogo Erich Fromm, el amor implica ciertos elementos claves para desarrollarla:
cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento.
El cuidado como la preocupación activa por
la vida y el crecimiento de lo que amamos, ya que el amor se hace todos los
días, el día que el amor se detiene empieza a morir (Denegri, 2010); el amor y
el trabajo son inseparables, ya que se ama aquello por lo que se trabaja, y se
trabaja por lo que se ama. Recuerda que al amor no es algo gratuito,
sino que tiene que ser elaborada y producida y de por medio existe un esfuerzo.
No puedes decir que amas a tu pareja si le eres indiferente ante una enfermedad
o te muestras insensible ante los pesares del estrés laboral. Todo esto es un acto enteramente
voluntario o sea lo que hagas lo haces queriendo, ya
que responsabilidad no denota deber,
sino capacidad de querer responder ante las necesidades expresadas o no de otro
ser humano, responder frente a sus necesidades psíquicas de tu pareja.
Sensibilidad ante una expresión de tristeza o compartir una alegría. Por otro
lado, el elemento respeto, es la capacidad
de ver a una persona tal cual es, tener conciencia de su individualidad única.
Es expresar preocupación porque la otra persona se desarrolle, crezca en su propia
forma y no para servirme… es una forma de unirme a ella/él tal cual es, dejando
de cosificarlo. Recuerde, que al unirse con una persona te unes con toda su
historia de vida y este se refiere creencias, personalidad, enfermedades,
estilo familiar, etc. Es mentira pensar que “con el amor, lo haré cambiar”, si
un ser humano se siente a gusto con su ser, nada motivará un cambio… vivir
esperanzado que va a cambiar, es vivir en una utopía. Pero respetar a una persona sin conocerla,
no es posible; la guía es el conocimiento;
en el acto de amar tengo que conocer a la otra persona y a mí mismo objetiva
mente, para poder ver su realidad, o, más bien, para dejar de lado las
ilusiones, mi imagen irracionalmente deformada de ella, es decir ver a la otra
persona en sus propios términos, identificar tal vez que la cólera, no sea en
sí “cólera”, sino detrás de eso existe una manifestación más profunda como una
persona que sufre, que se siente sola, o culpable. Marco Aurelio Denegri, agregaría que el amor
no es ciego…el amor es présbita, porque cuanto más conocemos o se aleja recién
vemos los defectos, vemos la realidad.
“Cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento son mutuamente interdependientes.
Constituyen un síndrome de actitudes que se encuentran en la persona madura”
(Fromm, 1956); aquella persona que ha renunciado al amor en tiempos de selfies, a los sueños narcisistas de omnipotencia,
que ha adquirido humildad, apertura, capacidad de dar y sabiduría como fuerzas
interiores para transformar su vida y la de su pareja, ésa es aquella persona que tiene capacidad de amar. El amor
reflexivo basado en la sabiduría, en su creciente evolución, trabaja en el
reconocimiento de sus emociones, es cuidadoso, atento a las experiencias de su
vida y la practica. Es que el amor no se desenvuelve ni fructifica si es que no
es correspondido como menciona Denegri, citando al psicoanalista Theodor Reik,
ya que todos tenemos potencial para amar, pero no todos lo activamos y
desarrollamos adecuadamente. Lo no adecuado sería convertirlo en un amor
pegajoso, unimismado, masoquista, sádico. Fromm, describe las dos formas: el
masoquista, descrito como dominado, explotado, humillado, lastimado y el sádico,
es el que ejerce el acto de humillar, dominar, explotar y lastimar, ambas
formas patológicamente, escapan al no soportar el estado de aislamiento, soledad,
separatividad, de estar aprisionado. Ninguna de las dos puede vivir sin la otra.
En ambos casos, carecen de la capacidad de amar.
Y tú, ¿estás preparado para amar? o estás amando.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Chiappo, L. (2002). Psicología
del amor. Madrid: Biblioteca Nueva
Denegri, M. (21 de octubre del 2014). El Anhelo de Cambiar al Otro. Los Tres
Mordientes para Cualquier Acción Eficaz {archivo de video}. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=L173AnupH_g
Denegri,
M. (13 de abril del 2014). La Capacidad De Amar. La Espiritualización del
Impulso Sexual. Sex appeal archivo de video}. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=u8e8qo2ozYc
Fromm, E. (1996). El arte de
amar. Barcelona: Paidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario